EL CLAUSTRO

El Claustro construido por Guillem del Rey entre 1599 y 1601 es uno de los más bellos del Renacimiento español. Las columnas dóricas y jónicas son de mármol de Carrara. En el centro del patio se encuentra la estatua sedente de San Juan de Ribera, realizada y firmada por Mariano Benlliure en Roma, en 1896. Esta escultura sustituyó la obra de época romana denominada La Palletera que representaba a un magistrado romano que, con una postiza cabeza de mujer, decoró durante tres siglos este patio central. Había sido encontrada en la excavaciones del subsuelo que se realizaron al comenzar la obra y fue colocada en el centro del claustro por orden del mismisimo San Juan de Ribera. Actualmente se encuentra en dependencias del Colegio.

En la base de la escultura de San Juan de Ribera podemos leer en la parte anterior la siguiente inscripción: "Tibi post haec, fili mi, ultra quid faciam", lema de patriarca y bajo ella la dedicatoria "Al Beato Juan de Ribera" junto con el simbolo eucarístico y la cruz patriarcal y en la parte posterior "Murió en este colegio jueves 6 de enero de 1611 a los 78 años de edad. 1er centenario de su beatificación. Año 1896".


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Sin duda la obra mas hermosa de este colegio es el claustro. No puede darse mayor acierto en el ordenamiento armónico total encaminado a la belleza del conjunto. Es el triunfo sereno y apacible de la regularidad y la simetria. Es la obra maestra de Guillem del Rey, quién después que labró diversas obras en el templo y Colegio del Corpus Christi, recibió el encargo del Patriarca para edificar el claustro monumental, conviniendo los capítulos para su construcción, según consta en los archivos del Real Colegio el 26 de noviembre de 1599.

De base rectangular, se dispone a base de 26 arcos de medio punto en cada una de las galerías de los pisos pisos inferior y superior; ocho arcos laterales en cada uno de los extremos más largos y cinco arcadas en las galerías cortas. El Patriarca le facilitó al arquitecto las columnas de mármol blanco, siendo aportada por el contratista la piedra de Ribarroja para dovelaje de los arcos, todo ello por el convenido precio. (Era tan exacto y minucioso en sus cuentas, como en todo, el Patriarca, que consta relación de cuanto se gastó en el Real Colegio de Corpus Christi; un total de seis mil libras valencianas, pagaderas en tres plazos). En total tiene el claustro cincuenta y seis columnas de mármol blanco.

Dicen las crónicas que las columnas las había adquirido el Patriarca a los duques de Pastrana, principes de Eboli, las cuales las habian mandado traer a España procedentes de Carrara, en Genova, con el propósito de construirse un gran palacio en Madrid, pero desistidos del proyecto, las dejaron en los puertos de Alicante y Cartagena, siendo adquiridas, en 1596 para Valencia por el Patriarca, citandose como nota curiosa que en la compra se incluian, con el total del precio, "seis columnas de ágata color gris verdoso", que fueron colocadas en el altar mayor de la iglesia del Real Colegio.

El claustro inferior se organiza con arcos de medio punto que descansan sobre columnas dóricas apeadas an altos plintos, mientras que el claustro superior lo hace sobre columnas jónicas. La galería superior está rodeada de una balaustrada, presentando los espacios lisos entre arco y arco (enjutas) pequeños oculos decorativos.

En el piso superior se encuentran las celdas del Colegio, dependencias oficiales, sala de estudio, archivo, administración, sala rectoral etc. Los accesos a las celdas son sencillas puertas adinteladas exentas de decoración, si bien las paredes de los muros de este claustro alto se decoran con azulejos hasta el techo.

El remate del claustro se adorna con bolas y piramides, mientras que las bóvedas de las distintas pandas estan formadas por cruceria simple y son obra de Guillem Roca y Alonso Orts.

En cada uno de los angulos del claustro inferior podemos observar unos grandes armarios cerrados realizados en madera y pintados que encierran un lienzo cada uno de ellos. Sobre el frontal del armario podemos leer la divisa del Patriarca "Tibi post haec, fili mi, ultra quid faciam".

Por un lateral del claustro se accede por una escalera al pequeño pero interesante Museo del Colegio, con obras del Greco, Joan de Joanes, Sariñena, Morales o Ribalta. Se compone de arte religioso de los siglos XVI y XVII. También dispone de una buena colección de pintura flamenca.

Desde el exterior del edificio podemos ver dos torreones en los angulos del claustro, y que corresponden a las dos cajas de escaleras de que dispone el claustro. La de menor tamaño se remata por una espadaña y aloja en su interior una escalera de albañileria que lleva al piso superior donde se encuentra el museo de pintura al que ya hemos hecho referencia.

Al otro lado del claustro una puerta nos conduce a un vestibulo que se corresponde con la planta baja de la caja de la escalera principal. Desde este vestibulo podemos acceder al Aula Magna del Colegio (en ocasiones usada como Oratorio) y a un pequeño patio interior descubierto que recibe el nombre de patio romano. Es obra realizada entre 1586 y 1589 y sirve a su vez de distribuidor a diversas estancias del Colegio (cocina, dependencias de la sacristia, refectorio, habitaciones privadas de San Juan de Ribera etc). En una de ellas podemos ver un pozo de piedra. En el patio interior podemos encontrar un panel cerámico fechado en 1796 y realizado por la Real Fábrica de Valencia y dedicado al Santisimo Sacramento del Altar (La Sagrada Eucaristia adorada por los ángeles). Este patio de servicio fue construido entre 1586 y 1589 y en él podemos encontrar una de las columnas adquiridas en 1596 por el Patriarca para el claustro y que no se llegó a colocar. Se corona por la cruz patriarcal en hierro. También las piezas de la fuente renacentista que ocupó el claustro hasta 1896 en que fue colocada en su lugar la escultura sedente de San Juan de Ribera realizada por Mariano Benlliure.

En este vestibulo además podemos encontrar la escultura romana (siglo V ac) conocida como la Palletera, en realidad un togado romano y de la que ya hemos hecho referencia y junto a ella una pila lavamanos de mármol, realizada hacia 1604 por Guillem del Rey.

Desde este vestibulo arranca la singular y excepcional escalera de vueltas de tres tramos realizada en sileria, y convertida en otra muestra más, del espléndido renacimiento que tuvo lugar en Valencia. Realizada en piedra por excelentes profesionales de la cantería, podemos encontrar su inspiración en la escalera del Palacio d'en Bou, modelo que más tarde se desarrollaría en San Miguel de los Reyes. En el último tramo de la escalera, sobre el dintel de la puerta de la Biblioteca, hay una figura de Hércules cubierto con la cabeza de un león y de origen romano. Se cierra la escalera por una bóveda cuadrangular.

Esta escalera fue comenzada en 1599 por el xetabense Francisco Figuerola. En 1602 se prolongó la escalera en una altura mas por la mano de Joan Baixet, Bartolomé Abril y Joan Maria Quetze, este último natural de Milán. Los adornos de bolas que de las barandas de la escalera son obra de Guillem del Rey realizadas en 1604.

La escalera conduce al claustro superior, al Archivo de Protocolos y a la Biblioteca del Patriarca San Juan de Ribera que se encuentra en el segundo piso. Sobre la puerta que sale al claustro superior podemos ver otra imágen romana, problablemente del dios Baco.

Al Archivo de Protocolos se accede desde uno de los ángulos (sur-este) que forman el claustro superior. Se trata de una gran estancia de forma rectangular y en la cual se guardan cerca de 38.000 escrituras notariales que abarcan desde la fundación del colegio en el siglo XVI hasta mediados del siglo XIX. Los documentos encuaderanos por fechas y años se encuentran archivados en estanterias de madera.

La biblioteca situada encima del refectorio, es una habitación rectangular, y alberga la gran biblioteca propiedad del Patriarca San Juan de Ribera. Al fondo de la estancia en un nicho de la pared, podemos ver un sencillo altar, en cuya parte superior y en dorado podemos ver en un panel los simbolos del Colegio y del Patriarca. Realizado en yeso se decora con dos columnas corintias.

El despacho colegial situado junto al Archivo de Protocolos se compone de dos habitaciones, una que cumple funciones de recibidor y otra de despacho propiamente dicho. Se decora con muebles de la época del Patriarca, y las paredes se adornan con grandes tapices y cuadros de diversa temática. El techo de la sala se decora por una gran pintura al fresco con simbolos del Colegio, diversas alegorias, y un retrato de San Juan de Ribera.

Refectorio Situado en uno de los extremos del Colegio, es de planta rectángular y tiene acceso tanto desde el patio interior como por el vestibulo donde se ubica la escalera principal. En este vestibulo podemos encontrar la pila lavamanos que antecede a la sala.

En el testero de la sala encontramos un fresco realizado por Bartolomé de Matarana en 1599 con la Última Cena. Destaca el hecho, que los apóstoles estan sentados en reclinatorios a la típica usanza romana. En la mesa podemos ver el cordero pascual y el Caliz de la Santa Cena.

La sala muy modificada en la actualidad y sin uso concreto, puede ser usada como sala para exposiciones temporales. Destaca el zócalo de azulejos que se levanta hasta un metro del suelo y que es tónica general en prácticamente todas las habitaciones del Colegio.

Capilla del Monumento No conviene olvidar por último, una estancia rectangular a la que se accede por el segundo vestibulo, y que es la conocida como Capilla del Monumento, dedicada principalmente a los actos de la Semana Santa y por colocar en ella el monumento del Jueves Santo de donde toma su nombre. También es conocida como Capilla de la Purisima, ya que es su imagen la que preside esta capilla. Obra atribuida a Gregorio Fernández realizada en 1640. Las dos pinturas que adornan el retablo son la Oración en el huerto y la flagelación de Cristo, obras anónimas de autor italiano. En el banco encontramos la imágen de Cristo yacente, obra de 1608 de Gaspar Giner y que procesiona en la Semana Santa.

Su bóveda se decora con pinturas al fresco salidas de la mano de Tomás Hernández (discipulo de Matarana) en 1606. Se cubre con bóveda de cañón rebajada y dispone de pequeños lunetos. Es una estancia bastante mal iluminada en cuanto a luz procedente del exterior. Los frescos del techo se encuentran en bastante mal estado de conservación y representan: El sacrificio de Isaac, la serpiente de bronce en el desierto y Jonás devuelto a tierra por una ballena, además de figuras alegóricas que representan la muerte, la salvación y la resurrección. Los frescos del presbiterio representan a ángeles portando elementos de la Pasión. Los muros laterales de la capila se decora con un alto zócalo de azulejos.

En sus muros laterales podemos encontrar cuatro tapices flamencos de Tournai de hacia 1530. Estos tapices forman parte de los seis tapices que recibió el arzosipo Ribera por herencia de su padre. Representan la Parabola de la Viña, La gula y la lujuria, la ira y la pereza y escenas de la vida de Salomón.

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